Hola amigos
de la literatura,
En toda
historia épica que se precie podemos encontrar grandes hazañas marineras,
peligrosas travesías en barcos, avezados maestros de la navegación...
Quién no
recuerda a Cirdan, el constructor de barcos con los que los elfos arribaron y
partieron de la Tierra Media; las travesías que permiten a los hombres de los
Siete Reinos viajar a Braavos, Pentos o Volantis; la hazaña que vivió Roran,
primo de Eragon, al cruzar el Ojo del jabalí
deshaciéndose de los balandros que le perseguían... cientos de historias de
marineros.
Los relatos
del mar siempre han llamado mi atención, quizás por lo extraño del elemento, de
esa vida tan distinta, por la riqueza del vocabulario técnico, con el que no
estamos familiarizadas las personas de interior...
He devorado
con avidez relatos marineros como Robinson
Crusoe, Los Robinsones Suizos, Escuela de Ronbinsones, 20.000 leguas de viaje
submarino, o La isla del tesoro.
Pero
centrando la atención en la poesía, sin duda alguna mi preferida es La canción del pirata, de Espronceda, a
quien he pretendido hacer un guiño, con mayor o menor acierto, pero con muy
buena intención y sobre todo admiración.
Os dejo
ahora con un pequeño fragmento de este poema titulado La canción del corsario, de Odasy poemas de dragones y princesas.
Mayor, mesana y trinquete
arriado todo
el trapo
navega con
aire valiente
en su
balandro el corsario.
Pendenciero rufián jugador
en el mundo
el más buscado
luce ahora
con fulgor
su licencia
de corso y pago.
Pariente de aquel nombrado
por su
bravura el Temido
no es él
menos conocido
que el de la
pata de palo.
Un saludo, y
gracias por leer estas líneas.
Iñaki A. Lamadrid
Iñaki A. Lamadrid
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