Hola
amigos de la literatura,
Hace
tiempo que no escribo un artículo en el blog por un par de razones, he estado
muy ocupado, y no tenía mucho que contar.
Por
un lado he tenido mucho trabajo terminando de escribir una saga de novelas de
fantasía, Las
crónicas de Kenar, y haciendo la revisión conjunta de las tres novelas.
Pero eso ya está terminado y puesto en manos de mi amiga Marina, de Mariposa Ediciones. Todavía queda
trabajo pero cada vez está más cerca el momento de ver estos libros en papel, y
concluido ese trabajo.
Por
otro lado también he tenido cambios laborales que me han quitado algo de
tiempo, y además, últimamente me he dedicado a escribir algunos artículos muy
interesantes (bajo mi punto de vista al menos) sobre marketing digital en LinkedIn,
sobre todo relacionados con la redacción de textos y el teletrabajo, que es lo
que más me interesa de ese mundillo.
Pero
aquí estoy de nuevo, aprovechando un poco el tiempo antes de que lleguen las
navidades como tal, con la locura de cenas, comidas, amigos que vienen de
fuera, familiares y todas esas reuniones sociales que me van a quitar tiempo de
trabajar en escribir, aunque ya cuento con ello, no pasa nada. Así que, ahora
que tengo un rato, estoy preparando algunos artículos, como el resumen de mis
lecturas de este año, he batido mi record, pero ya lo verás más adelante, o
este mismo en el que quiero aprovechar para hacer alguna reflexión sobre estas
fiestas y los regalos.
Me
he dado cuenta que desde hace años cuando tengo que hacer un regalo (y no me
han pedido nada en concreto, que es algo que hacemos desde siempre en mi
familia) regalo un libro.
Hacer
un regalo a una persona denota lo bien (o mal) que la conoces, y encontrar un
libro que se ajuste a esa persona a veces es difícil, pero si aciertas,
aciertas de verdad.
A
mí me encanta que me regalen libros (y si no me los regalo yo) y es muy fácil, fantasía
medieval o ciencia ficción, y aciertas seguro. Me gustan más géneros, claro,
pero con estos seguro que aciertas.
Y
es que cuando regalas un libro estás regalando tiempo. Algo tan valioso hoy en
día como el tiempo, y no solo eso, sino un tiempo de relax, de disfrute, de
olvidarte de todo lo que te rodea (el trabajo, los problemas… todo) y pensar
solamente en lo que estás leyendo. Disfrutar de esa historia como si fuese
tuya, como si no fuese a terminar nunca.
Esos
ratos de desconexión, yo los tengo antes de irme a dormir, son mágicos. No
tienen precio. Puede que estés harto de tu trabajo, de algún compañero,
problemas con los niños en el cole, con la pareja o tus padres o cualquier
pariente. Puede que se haya estropeado la caldera y hasta mañana no venga el
técnico o que el coche no arranque y tenga que venir la grúa para llevarlo al
taller (lo que suele ser muy caro). Pero antes de dormir respiras hondo un par
de veces, abres el libro, y te olvidas de todos esos problemas por un rato. Un
maravilloso rato que te ha regalado alguien estas navidades, porque ha pensado
que ese libro te iba a gustar.
Así
que estas navidades regala literatura, estarás regalando un tiempo maravilloso
y necesario a tus seres queridos.
Un
saludo, y gracias por leer estas líneas.
Iñaki
A. Lamadrid
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