Hola amigos
de la literatura,
Hoy llegamos
al final de un camino, y el comienzo de un río: el puerto de Vegarada.
Este es un
enclave muy especial, fue uno de los pasos a Asturias que practicaban los romanos,
por eso aún quedan restos de la calzada romana y algunos puentes a lo largo del
camino.
Como paso
fronterizo, disponía de un hospital de peregrinos con un campanario que tocaba
cada hora o media hora cuando se metía la niebla, para orientar a los viajeros.
Como puerto,
fue uno de los pasos defendibles durante la Guerra Civil, y hoy quedan algunos
vestigios.
Y en
invierno, cubierto por un manto de nieve, es un lugar extraordinariamente bello.
El viaje
continúa, pues nunca puede acabar.
Un saludo y
gracias por leer estas líneas.
Iñaki A.
Lamadrid